Los avances de la medicina moderna han proporcionado un acercamiento sofisticado pero mecanicista y medicalizador de la salud, haciendo que los medicamentos sean considerados como cualquier otro objeto de consumo. La industria farmacéutica mundial mueve anualmente más de 400 billones de dólares, lo que la sitúa como la segunda actividad económica (en valores) más importante del planeta, después de la industria de la guerra.
Pero la distribución del consumo es muy desigual: El 20% de la población mundial, (países desarrollados), consume el 80% de los fármacos y está padeciendo una auténtica epidemia de efectos indeseables, mientras que muchos no tienen acceso a los medicamentos más indispensables.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prescripción racional implica que los pacientes reciban los fármacos indicados para la situación de su enfermedad, en las dosis necesarias para cada caso concreto, durante un período adecuado y con el menor coste posible para ellos y la comunidad. Es decir, en el uso racional de medicamentos se incluyen la prescripción efectiva, la prescripción segura y la prescripción económica. Pero habría que diferenciar entre prescripción “racional” y “razonable”, ya que maximizar lo racional a toda costa, sin controles impuestos por la razón, es irrazonable.
La formación en medicamentos suele orientarse a la descripción de sus características farmacológicas sin tener en cuenta otras que modifican la relación médico - paciente y que serían determinantes vitales del verdadero uso racional de fármacos, como por ejemplo los aspectos económicos relacionados con la prescripción.
La relevancia de una prescripción farmacológica depende, entre otros elementos, de la magnitud de ladiferencia estadística, la gravedad del problema, la vulnerabilidad, la morbimortalidad generada por el problema, su coste y su frecuencia.
Aunque la relevancia se valora con medidas epidemiológicas, la misma también debe estar determinada por el juicio clínico. Por esta razón, en las últimas décadas se ha estado dando un vuelco a la determinación de las indicaciones más adecuadas de cada grupo de fármacos y para cada enfermedad, sobre la base de la Medicina Basada en la Evidencia (respaldo de las prácticas clínicas que se basen en pruebas científicas consistentes).
Bibliografía:
Farmacología Básica 2008. Carmine Pascuzzo-Lima
P.D. Gracias por las imágenes a http://3.bp.blogspot.com/ y ahttp://www.elcomprimido.com/FARHSD/Posicionamento_Terapeutico/